En mis silencios escucho mil voces, los ruidos que el mismo silencio arroja, porque irónicamente el también habla solo que su voz suena espectral, martiriza los sentidos y el reloj, ese viejo reloj de pared que parece burlarse de mi sufrimiento con su tic – Tac logra aturdir mi realidad, sumergiéndola en el espiral del tiempo apartándola, no dejando que viva siquiera en un mundo fantasioso.
Y tu, solo vives ahí en ese mundo obscuro que me aparta de la luz del día que me tiene hundido en mil noches te vas desvaneciendo como si fueses un holograma y vuelves aparecer cuando la tristeza consume, cuando estoy prácticamente perdido, tirado, sumergido, sin razón y sin una pizca de cordura.
Bendito mundo de locura, donde puedo verte, amarte aunque sea entre sombras
Ahí mi corazón de nuevo nace y mi alma se ilumina tan solo con quimeras que voy tejiendo en mi agonía
Descubre más desde El secreto de Brian
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
